Hace unos días la compañía Jawbone, que hace unos manos libres Bluetooth muy buenos (y bonitos, además) presentó un nuevo modelo, el Jawbone ERA (el de la foto a la izquierda). Este dispositivo es singular por dos cosas: uno, ser el más reciente exponente de un tipo de accesorios, los manos libres inalámbricos, que parecía que iban a estar hasta en la sopa y, al menos en la Argentina, no son moneda tan común; dos, por incluir un acelerómetro que te permite emparejar el equipo con tu móvil con un simple sacudón, y atender una llamada con un doble toque en cualquier parte del equipo, en vez de tratar de encontrar el botón correspondiente con el dedo.
La idea es excelente, y me hace acordar a unos auriculares que Sony Ericsson presentó en 2009 (los MH907 que se aprecian abajo), capaces de detectar cuando los sacabas de tu oreja para detener la música, o atender una llamada si los tenías fuera y te ponías uno solo en la oreja.
Yéndome bastante más allá del Jawbone (pero fue el que sirvió como disparador en este día de temperaturas infernales): a medida que progresa la tecnología y los componentes se miniaturizan, suman capacidad de procesamiento y se abaratan, los accesorios que rodean el dispositivo más central de nuestra vida (el móvil, obviamente) se vuelven más sofisticados.
Dudo que logren en breve tener “inteligencia”, porque determinar realmente qué es lo que estamos haciendo basados en nuestro contexto es complicado, y sólo funcionará bien en donde las circunstancias hacen muy claro lo que sucede y lo que se espera del equipo (los Nokia de alta gama post N95 permiten que, si alguien te llama, los pongas boca abajo para silenciar la llamada; simple y efectivo). Y ya hay aplicaciones como Locale, que configuran tu teléfono en función de tu posición geográfica y hora (si estás en la universidad lo pone en silencio, por ejemplo.
Pero aunque no va a ser algo que suceda de un día para el otro, me gusta la idea de que los accesorios y dispositivos que interactúan con nuestro móvil logren hacerlo de una manera más natural y más automática. A la vez, hay cierta cosa incómoda en que algo “tonto” como un celular comience a tomar decisiones que aparentan ser propias, ¿no? ¿los incomoda eso? ¿los relaja (el vigía siempre atento a nuestras necesidades)? ¿o los incomoda (la inteligencia inescrutable, las máquinas dominarán al mundo)?
La idea es excelente, y me hace acordar a unos auriculares que Sony Ericsson presentó en 2009 (los MH907 que se aprecian abajo), capaces de detectar cuando los sacabas de tu oreja para detener la música, o atender una llamada si los tenías fuera y te ponías uno solo en la oreja.
Yéndome bastante más allá del Jawbone (pero fue el que sirvió como disparador en este día de temperaturas infernales): a medida que progresa la tecnología y los componentes se miniaturizan, suman capacidad de procesamiento y se abaratan, los accesorios que rodean el dispositivo más central de nuestra vida (el móvil, obviamente) se vuelven más sofisticados.
Dudo que logren en breve tener “inteligencia”, porque determinar realmente qué es lo que estamos haciendo basados en nuestro contexto es complicado, y sólo funcionará bien en donde las circunstancias hacen muy claro lo que sucede y lo que se espera del equipo (los Nokia de alta gama post N95 permiten que, si alguien te llama, los pongas boca abajo para silenciar la llamada; simple y efectivo). Y ya hay aplicaciones como Locale, que configuran tu teléfono en función de tu posición geográfica y hora (si estás en la universidad lo pone en silencio, por ejemplo.
Pero aunque no va a ser algo que suceda de un día para el otro, me gusta la idea de que los accesorios y dispositivos que interactúan con nuestro móvil logren hacerlo de una manera más natural y más automática. A la vez, hay cierta cosa incómoda en que algo “tonto” como un celular comience a tomar decisiones que aparentan ser propias, ¿no? ¿los incomoda eso? ¿los relaja (el vigía siempre atento a nuestras necesidades)? ¿o los incomoda (la inteligencia inescrutable, las máquinas dominarán al mundo)?
Visto en Movilandia.
0 comentarios:
Publicar un comentario